domingo, 1 de octubre de 2006

La apertura de la razón


Tenemos quebrantadas mil razones que, a veces, me da la sensación de que hemos perdido la más fundamental, la del sentido común, y que nos gobernamos más por el capricho que por la sabiduría ¿Habrá dolor más grande que vivir en el miedo permanente? Ahora que las Universidades abren sus puertas a un nuevo curso académico y las aulas encienden una renovada luz de esperanza en el corazón de nuestros jóvenes, no estaría mal reflexionar sobre los conocimientos adquiridos y sobre los que se van a adquirir, puesto que todo pasa por el entendimiento y culmina en el raciocinio. Téngase en cuenta que la razón es el único andar que nos hace ser camino.
Para empezar, nos hace falta abrirnos a la razón, entrar en ella, ser de ella. Unas Facultades encerradas en sí mismas, en la especialización por la especialización, niega la posibilidad de un horizonte compartido en valores razonables de mente y espíritu. El valor para abrirse a la razón como tal, contribuirá a que tomemos sentido social, mayor justicia y libertad. La que hoy no tenemos o, al menos, vive deteriorada. Redescubrir la buena orientación, es justo, pero también es necesario discernir, penetrar en las cosas. Un ingenio que debiera cultivarse, a mi manera de ver, mucho más en la Universidad. En ocasiones, pienso que nos quedamos en la mera competitividad entre distritos universitarios, obviando otras aradas como puede ser la siembra humanística.
Frente a tanta irracionalidad que nos envuelve, las gentes de pensamiento y, por ende, las Universidades, como servicio público que son, deberían ocupar un espacio más protagonista en la sociedad. Hoy apenas se les oye lejos de sus cátedras. La forma de conseguirlo pasaría por establecer vínculos más vivos con la ciudadanía, en condiciones de horizontalidad y nunca de jerarquía. Una Universidad incapaz de dar sentido a nuestras vidas es nulo su laboreo. Mal que nos pese. Unas Facultades incapaces de ofrecer a los jóvenes otras alternativas que no sean las del botellón, me parece también nula su labranza. A lo mejor hay que estimular otros descubrimientos más del espíritu que nos mejoren la calidad de vida.
Parece ser que nos espera una renovación trascendental de nuestras enseñanzas superiores. No tiene sentido alguno impedir su evolución, la vida misma es una novedad continua. Renovarse o morir que dice el refranero. Las Universidades para que nos transformen deben transformarse antes ellas, ejercer como verdaderos focos de cultura reformista, encaminada a mejorar la convivencia de unos y otros. Estas reformas anunciadas, tendrán más acogida si somos capaces de integrarnos todos con todos, de escuchar la voz del docente, del alumno, del padre o de la misma sociedad.
Lo ideal en estos temas es llegar al máximo consenso y a la máxima colaboración, entre la comunidad universitaria y los agentes sociales, puesto que si vamos en una misma dirección es más fácil reencontrarse y desarrollar la apertura de la razón, con la pasión por la verdad y el interés por mejorar el futuro de los humanos, que son muchos los que aún no lo tienen. Ojalá que el reto no deje a nadie indiferente y todos podamos participar. De lo contrario, educar por decreto no es democrático; y tendrá poca razón de ser, porque tampoco servirá para adecuarse a los tiempos de convivir con la diversidad. Si falla el alma del debate, la prudencia y la reflexión, apaga y vámonos.

Víctor Corcoba Herrero / Escritor
corcoba@telefonica.net

Baltasar Bueno, autor de un nuevo libro sobre la Virgen de los Desamparados


“POR PRIMERA VEZ, SE EDITA UNA HISTORIA GENERAL, GLOBAL Y CONTEXTUALIZADA SOBRE LA MARE DE DEU DELS DESAMPARATS”

- Valencia se llama de Nuestra Señora de los Desamparados, desde 1812, en que el Consell de la Ciutat decidió, en agradecimiento a favores atribuidos a la Virgen, dejó de llamarse Valencia del Cid.

- El libro lo ha editado el Ayuntamiento de Valencia con ocasión de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia.

“Es la primera vez que se escribe y se edita un libro sobre la historia global de la Virgen de los Desamparados, entera, general, global y contextualizada. Hasta ahora se había escrito sobre su Imagen, advocación y devoción libros y artículos que trataban aspectos parciales de Ella. Es más, uno iba a las librerías o a la propia tiendecita de la Cofradía en la Real Basílica y pedía un libro, una publicación, una revista, dónde se contara la historia de nuestra Patrona y no encontraba ninguno. Lo último más amplio que se escribió sobre la Virgen, fue otro libro mío, en 1993, curiosamente el libro que más vendió en su historia -la editorial que lo lanzó, tengo entendido”, comenta el periodista Baltasar Bueno, autor del libro “Historia de la Virgen de los Desamparados de Valencia”.

- Y ha tenido que escribir la historia de la Virgen un periodista.
- No es de extrañar. La mejor historia sobre la Cofradía de la Virgen y sobre Ella la escribió un médico, José Rodrigo Pertegás. Mi oficio es escribir y mi devoción es nuestra historia y tradiciones. La historia de la Virgen es historia de Valencia. Por elleo, también escribí una historia de San Vicente y otra de la Fiesta del Corpus, analizándola, ensalzándola, enalteciéndola. Fiesta de Corpus que, por cierto, he visto muy criticada recientemente en una publicación hecha por eclesiásticos, como si la religiosidad popular fuera algo a despreciar y suprimir por la vía expeditiva.

Quien trabajó mucho por difundir su devoción en Valencia y por todo el mundo, y escribió mucho sobre Ella, fue un sacerdote ejemplar, el P. Emilio María Aparicio Olmos, Capellán Mayor que fue de la Real Basílica. Con su desaparición, el culto, la devoción y la difusión de todo lo concerniente a la Virgen de los Desamparados se resintió mucho. Ahora, afortunadamente, con el nuevo Capella, Juan bautista Antón, un santo varón de Dios, la Real Basílica está recobrando su vitalidad histórica y tradicional. Por ello debemos felicitarnos.

- ¿Cómo describiría su obra?
- Una historia global, general, contextualizada de la advocación, Imagen y devoción de la Virgen de los Desamparados. Se cuenta su historia inmersa en la historia civil y eclesiástica de Valencia. De esta manera, se entiende muchas cosas, que, caso de ser una historia estrictamente religiosa no se comprendería. Para ello, telegrafié la historia civil de Valencia desde 1400 a nuestros días, luego la historia de la Iglesia en Valencia y posteriormente la historia de la Imagen y advocación. Al final, uno no sólo se entera de la historia de nuestra Virgen, también de la de Valencia y la Iglesia Valenciana.


- Tiene las características de joya bibliográfica.
- Creo que sí. Como dice su diseñador, José Aguilar, creo que muy acertadamente, es un libro con vocación de obra de arte, además de una historia con devoción. Está muy bien impreso, muy bien cuidado, con buen papel, buenas tapas, buenas ilustraciones y un magistral diseño y excelente maquetación. Estamos en la era visual y todo ha de entrar por los ojos. Este libro sorprende y entra por los ojos. La idea del libro fue de José Manuel Romeu, editor-impresor, gran profesional. El diseño es de José Aguilar, quien para mi ha sido un gran descubrimiento de su buen hacer. Es el típico ciudadano del Renacimiento, polivalente artista, cultísimo, un genio. Y la maquetación ha sido de Isabel Cremades, arrolladora mujer con unas cualidades enormes para su profesión. La verdad es que ha sido un placer haber trabajado en equipo en la confección del libro, que tienen 33 páginas muy ilustradas y a todo color.

- El libro ha sido patrocinado por el Ayuntamiento de Valencia.
- El proyecto, idea original del editor José Manuel Romeu, fue presentado al Ayuntamiento, a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien le agradó mucho y lo apoyó decididamente, y a María José Alcón Miquel, concejal de Cultura, quien -a mi me gusta decir que fue una orden, ella más modesta dice que fue una sugerencia- me indicó como única condición que el libro fuera sencillo de leer, no una tesis doctoral, para que lo pudiera entender todo el mundo, que estuviera al alcance de todos. Además, la Alcaldesa quiso editarlo con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia. Así consta en los créditos del libro. Su presentación estaba prevista al día siguiente del trágico accidente del metro y no pudo ser por el luto oficial que suspendió todos los actos.

Y ha salido así. Está redactado con estilo periodístico. Es una concatenación, una hilación de noticias, de telegramas, cada línea, cada párrafo es un dato, no hay frases, palabras o párrafos de relleno. Es más, está todo muy resumido. Cada siglo de su historia requiriría un volumen como el que se ha editado. Hay materia de sobra para llenar cinco o seis volúmenes. Sólo para reflejar y analizar toda la importante documentación histórica que hay en los Archivos Históricos de la Cofradía y de la Diputación sobre la Virgen y el Hospital ya harían falta los citados espacios bibliográficos.

El libro lleva tres prólogos: el de Rita Barberá, el de María José Alcón y el del Prior Rector de la Real Basílica, Juan Bautista Antón. Son tres textos preciosos.

- Es un libro con abundantes datos históricos.
- Muchísimos. Por ejemplo, Valencia dejó de llamarse Valencia del Cid en 1812 y pasó a denominarse Valencia de Nuestra Señora de los Desamparados. El Hospital General Universitario cumplirá en 2012 su 500 aniversario. El Palleter declaró la Guerra de la Independencia contra los franceses enarbolando una estampa de la Virgen de los Desamparados. Un arzobispo de Valencia decretó que la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats tuviera capilla y fuera venerada en todos los templos de la Diócesis en gratitud por la protección que entendieron que Ella había tenido para con los valencianos durante la ocupación francesa. El inmenso respeto y caso que el estamento militar le ha tenido siempre. Antiguamente, en vísperas de su fiesta, todos los Regimientos acantonados en Valencia formaban un día en el Paseo de la Alameda, asistían a una Misa de Campaña y luego desfilaban hasta la Real Basílica donde rendían honores y retreta, en virtud de su título de Generalísima de la Ciudad, Reino y Ejércitos Nacionales. El acta notarial de cuando en la pasada guerra civil fue salvada la Imagen por un alcalde republicano y llevada al Ayuntamiento. La declaración de la Virgen como Alcaldesa Honoraria de Valencia. La importante pastoral mariana que hizo el Arzobispo Oalechea con la Virgen de los Desamparados. El interesante trabajo de restauración de la Real Basílica que está haciendo la Universidad Politécnica,.etc...

- La valoración definitiva de la obra.
- Creo que es importante que los valencianos, especialmente los católico, o los amantes y devotos de la Virgen, en su entrañable y siempre actualísimo dulce título de los Desamparados, tengamos una historia de Ella al alcance de todos. Es una de nuestras principales señas de identidad religiosas y patrias. Y de Ella desconocemos muchas cosas, como también desconocemos cómo la admiraban y querían nuestros antepasados. A cualquier santuario mariano del mundo que vamos, siempre hay una historia de la Virgen con la advocación que allí se venera, breve o larga, pero existe. Los valencianos no l ateníamos, al menos en su extensión y dignidad, pues a la Virgen no se le puede dedicar una cosa nimia, ridícula o mal hecha o mal presentada. Creo que va a ser de gran utilidad en todos los sentidos. Y que en muchos hogares valencianos, en sus bibliotecas particulares y públicas va a estar presente, como está presente su imagen.