viernes, 10 de agosto de 2007

Benedicto XVI acepta la invitación para visitar Madrid


Abc - J. BASTANTE/S.N. MADRID/ROMA.
«Es emocionante. Estar tan cerca del Papa, escuchar el mensaje que nos ha dirigido, recibir su bendición. La Iglesia de Madrid está con el Papa». Después de una semana de peregrinación, al fin, casi 9.000 jóvenes de las diócesis de Madrid recibieron el saludo de Benedicto XVI, desde su residencia veraniega de Castelgandolfo.
El Pontífice hizo un hueco en sus vacaciones para recibir a los jóvenes que, bajo el impulso del cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, están llevando a cabo la «Misión Joven» por toda la Comunidad, animándoles a «decidir vuestro futuro» y a mostrar a los demás jóvenes, de Madrid, España y el mundo, que «el Evangelio atrae profundamente».
Después de Sydney
Benedicto XVI quería recibir expresamente a estos jóvenes, ejemplo del futuro que desea para la Iglesia. Por eso, y aunque ayer no se hizo oficial -el protocolo exige que sea al término del encuentro mundial que tendrá lugar en Sydney el año próximo-, parece que Madrid puede acoger la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Todavía restan muchos detalles, entre ellos si será en 2011, o se adelantará a 2010, pero el proyecto ya está definido, y Rouco así se lo hizo saber al Papa, al tiempo que renovó, junto a Esperanza Aguirre, su invitación a visitar Madrid. Fuentes eclesiales aseguraron que «el Papa ha acogido de buen grado la invitación», mostrando su seguridad en que Madrid «será sede de la JMJ».
La audiencia arrancó a las once de la mañana, cuando varios peregrinos, acompañados por el cardenal de Madrid, el arzobispo castrense y los obispos de Getafe y Alcalá, además de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, entraron en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo.
Tras el protocolario saludo, fue el cardenal Rouco quien pronunció unas breves palabras al Pontífice, informándole del proyecto «Misión Joven», consistente en involucrar a los madrileños a «salir a la calle» para «acercar» el Evangelio «a los más alejados». El proyecto se ampliará a partir de ahora a los matrimonios de nueva creación, especialmente hacia los que acaban de ser padres por primera vez. Al tiempo, Rouco expresó al Sumo Pontífice la invitación para visitar Madrid.
Después del purpurado, varios jóvenes relataron sus experiencias vitales y cómo han afrontado la evangelización en bares, calles o locales comerciales, un relato que «impresionó vivamente al Papa», según fuentes episcopales.
El agradecimiento
Mientras, Benedicto XVI agradeció la «presencia, tan numerosa», de los jóvenes madrileños, quienes esperaban en la plaza al encuentro con el Papa. «Muchas gracias por vuestra visita», apuntó el Pontífice a los chicos y chicas de Madrid.
Tras la recepción, y ante la insistencia de los miles de jóvenes congregados frente al Palacio, Benedicto XVI se asomó al ventanal del patio, desde donde bendijo a los jóvenes y recibió el cariño de todos.
«Contrariamente a lo que muchos piensan, el Evangelio atrae profundamente a los jóvenes», continuó Benedicto XVI, quien animó a los peregrinos madrileños «a perseverar en el camino emprendido». «No dejéis de cultivar vosotros mismos el encuentro personal con Cristo, de tenerlo siempre en el centro de vuestro corazón, pues así toda vuestra vida se convertirá en misión; dejaréis trasparentar al Cristo que vive en vosotros», culminó.

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