viernes, 10 de agosto de 2007

LA ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA A LOS CIELOS por José Barros Guede


La Asunción de santa María a los cielos, que los fieles cristianos celebramos todos los años el día 15 de agosto, es la fiesta mariana por excelencia y la más popular en España y en toda la Cristiandad. Es el “dies natalis” (día natal) del nacimiento de santa María, Madre de Jesucristo, a la vida eterna corporal, gloriosa y feliz en el Reino eterno de los cielos, después de haber pasado una vida de dolores, sufrimientos y penalidades en este mundo.
La Asunción de santa María en cuerpo y alma a los cielos es la fiesta cristiana de la vida eterna, es el triunfo y la exaltación de la vida humana sobre la muerte; porque, si santa María, Madre de Dios, persona mortal como nosotros, fue llevada a los cielos, donde se halla corporalmente gozando de una vida eterna bienaventurada y feliz; así, también, nosotros, por la fe y la misericordia de Jesucristo, nuestro Salvador, iremos, también, al cielo y viviremos bienaventurados y felices como ella, si creemos, esperamos y amamos a Jesucristo, el Señor.
El 1 de noviembre de 1950, el papa Pío XII, movido por el consentimiento unánime de todo el Episcopado católico, proclamaba solemnemente como dogma de fe católica a la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos, con las siguientes palabras: “Con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma revelado por Dios: que la Inmaculada Madre de Dios siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta a la gloria celeste en cuerpo y alma”.
El papa Pío XII fundamenta el dogma de fe católica de la Asunción de santa María a los cielos en tres textos bíblicos. Primero, “pondré enemistades entre ti (Eva) y la mujer (María) y entre tu linaje (nosotros, hijos de Eva) y el suyo (su hijo Jesucristo). Este te quebrantará la cabeza y tu le morderás el calcañar” ( Gén. 3, 15). Segundo, “una gran señal apareció en los cielos, una Mujer, (María), vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Apcl. 12,1), fue vista por el apóstol san Juan, autor de dicho libro inspirado en la isla de Patmos. Tercero, “Dios te salve, (María), llena de gracia, el Señor está contigo, bendita, Tu, entre todas las mujeres” (Lc. 1, 28), le saluda el arcángel san Gabriel. María, la nueva Eva, “llena de gracia”, inmaculada y Madre de Dios, pide y exige ser asunta y llevada a los cielos en cuerpo y alma.
En el siglo IV, en Oriente, los fieles cristianos celebraban la fiesta de la “Memoria de santa María, Madre de Dios”. Concretamente, en Jerusalén, la celebraban el 15 de agosto, y de una manera especial en el santuario de Getsemaní, donde creían se hallaba su sepulcro. En el siglo V, en Siria, los fieles cristianos celebraban la fiesta de la “Domición de santa María” bajo la idea de su Asunción corporal a los cielos. En el siglo VI, dicha fiesta es celebrada por todo el Oriente cristiano, como transformación de la fiesta de la “Memoria de santa María”, aunque en días diferentes.
El emperador bizantino, Mauricio (582-602), fija y unifica la fecha de su fiesta, el día 15 de agosto, tanto para la Iglesia Católica como para las Iglesias separadas de Oriente, que desde antiguo, celebraban con solemnidad y con día de descanso festivo.
La fiesta de la “Dormición de santa María”, nacida en Oriente pasa a Occidente, siguiendo el siguiente camino de Roma, Inglaterra, Francia y España. En el siglo VII, el calendario romano de la Iglesia católica, siendo papa Sergio I (637-701), de origen sirio, celebraba ya las fiestas de la Anunciación, Natividad, Purificación y “Dormición de santa Maria, Madre de Dios”.
En el siglo VIII, la Iglesia católica cambió el término “Dormición” por el “Asunción de santa Maria a los cielos”, según consta por el Sacramentario enviado por el papa Adriano I (7672-795) al rey del los Francos, Carlomagno, entre los años 784 al 791. En el siglo IX, la Asunción corporal de santa María a los cielos era creencia general en la Iglesia católica.
En España, a finales del siglo VIII o a principios del siglo IX, el Misal Mozárabe contenía una Misa sobre la “Asunción de santa María”, en la que ya se expresaba su asunción corporal a los cielos de una forma inequívoca. En el siglo XVI, el Breviario del papa san Pío V recoge el oficio de la Asunción corporal de María a los cielos. A finales del siglo XVIII, la Asunción corporal de María a los cielos era una creencia unánime en toda la Cristiandad.
El 3 de febrero de 1864, el papa Pío IX contestaba a la reina Isabel II de España, que le había suplicado definiese dogma de fe católica a la Asunción corporal de santa María a los cielos. Le decía: “no hay duda de que la Asunción, de la manera que cree el común de los fieles, es una consecuencia del dogma de su Concepción Inmaculada; pero todas las cosas tienen su tiempo adecuado, y Yo no me creo digno instrumento para proclamar dogma este misterio. Tiempo vendrá en que los santos deseos de V. M. serán oídos, pero mientras tanto conviene seguir en la oración”. La reina Isabel II hizo esta petición al Papa, movida y asesorada por su confesor, san Antonio María Claret, fundador de los religiosos del Corazón de María.
Actualmente, la Asunción de santa María en cuerpo y alma a los cielos es Patrona de muchas parroquias, santuarios, monasterios y conventos en muchas ciudades, villas y pueblos de España y de toda la Cristiandad, celebrando sus fieles cristianos su fiesta, el día 15 de agosto, con fe, alegría y amor en medio de este mundo laicista y materialista. Es admirable ver la fe y el amor que sus parroquianos y devotos sienten hacia su amada Patrona participando en sus actos religiosos festivos.
Concretamente, la Patrona de mi parroquia y de mi pueblo es la Asunción de santa María. Es para mí un gran gozo y alegría ver, todos los años, la cantidad devotos, vecinos y nativos venidos de la diáspora celebrando su fiesta, el día 15 de agosto, participando con alegría y entusiasmo en los actos litúrgicos y cantando en su honor y honra “viva la Virgen, nuestra Patrona, que en nuestro pecho tiene su altar, y reine siempre triunfando Cristo en nuestro pueblo noble y leal”.
Quiero terminar invocándola con una pequeña oración “Salve, santa María asunta a los cielos, Reina y Madre de misericordia y esperanza nuestra. A Ti, suspiramos y clamamos como hijos tuyos en este valle de lágrimas para que seamos dignos de alcanzar las promesas de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, participando con Vos, de la vida eterna feliz en el Reino de los cielos”. Amén.

José Barros Guede A Coruña, agosto del 2007.

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1 Comments:

Blogger Solfinker said...

Celebro el artículo y espero que la web se recupere pronto de los ataques de Rooting Sabotage Forced de Turkish Security Group.
Quiero hacer mención a la devoción que en Elche tenemos a nuestra patrona - Virgen de la Asunción - que a lo largo de los siglos ha quedado plasmada en la representación casi ininterrumpida del Misteri.

1:58 p. m.  

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