domingo, 31 de diciembre de 2006

Campanas las del cielo, que las de la tierra tocan a muerto


Campanas del cielo tocan a vida,
y con qué suavidad se enciende el viento
para no lastimar el sentimiento
de ternura, que en el nuevo año anida.

Para el dos mil siete, ninguna herida
en el alma, todo mimo y contento,
que vivir es el mejor pensamiento
en este renacer de ida y venida.

En mi ardor de luz, pido el don de un padre,
-descúbreme el camino, que yo vea-,
y la generosidad de una madre.

El corazón se crece y se recrea
a golpe de verso, que nadie ladre…
¡Llamar silencios, el amor llamea!


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net