martes, 13 de junio de 2006

“Opus Dei. Una visión objetiva de la realidad y los mitos de la fuerza más polémica dentro de la Iglesia Católica”


Un libro de John L. Allen
Ed. Planeta, Barcelona 2006, 492 páginas, 22,50 euros.

John L. Allen es un conocido vaticanista, corresponsal en Roma del semanario norteamericano “National Catholic Reporter”. No es miembro del Opus Dei, sino lo que podríamos denominar un observador “independiente”.

Para escribir este libro sobre el Opus Dei el autor confiesa haberse documentado concienzudamente: ha viajado a más de ocho países, ha realizado más de trescientas horas de entrevistas a miembros y detractores del Opus Dei, e incluso ha vivido cinco días siguiendo sus reglas en una de sus residencias para comprender qué se siente al ser uno de sus miembros.

En la “Introducción”, John L. Allen escoge una metáfora audaz para aproximarse al Opus Dei. Compara esta institución con la cerveza negra Guinnes Extra Fuerte: “En una época en la que el mercado de la cerveza está atestado de versiones ‘bajas en calorías’ y ‘sin alcohol’, la Guinness Extra Fuerte se abre camino por otros derroteros. No se disculpa por el contenido de calorías ni la alta graduación y encierra un sabor espumoso y amargo que algunos bromistas han comparado con el del lubricante para coche. Precisamente porque se sitúa al margen de las modas se ha convertido en objeto de culto entre los puristas, que la respetan por su gran personalidad” (páginas 9-10).

El libro, ágilmente escrito, se estructura en cuatro partes. En la primera de ellas, se abordan “cuestiones esenciales”; una perspectiva general del Opus Dei y una aproximación a la figura de su Fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, quien a Allen le parece una “personalidad compleja y singular”: “Cuando quería Escrivá podía ser cálido, compasivo, lleno de vida, alegre y profundamente compasivo, así como sumamente reflexivo con las cuestiones espirituales, sin mencionar un sacerdocio entregado e incansable. Por otra parte también podía mostrarse propenso al enfado, a veces burlón con los que discrepaba, incluso con las autoridades superiores de la Iglesia. En ninguna parte está escrito que los santos tengan la obligación de ser perfectos, y hay testimonios de que, como ser humano imperfecto, Escrivá mejoró la vida de las personas y les regaló la sensación de ser queridos por Dios y llamados para construir el reino de Dios” (página 95).

A nuestro modo de ver, Allen es capaz de compaginar en este libro la suficiente empatía para aproximarse al fenómeno del Opus Dei, sin a priori descalificadores , con la distancia necesaria para no caer en el bienintencionado acercamiento de los hagiográfos, que pueden tender a olvidar que toda realidad humana – incluso la vida de los santos – tiene sus claroscuros. Por eso Allen concede un gran espacio en su texto a los críticos con el Opus Dei, generalmente algunos ex-miembros que han abandonado la institución con un regusto agridulce en el paladar.

La segunda parte del libro estudia “el Opus Dei desde dentro”. Nos parece la sección más lograda. En cuatro capítulos analiza los rasgos distintivos del Opus Dei: la santificación del trabajo; contemplativos en medio del mundo; la libertad cristiana y la filiación divina. Los textos citados del Fundador, las experiencias de los miembros de la Obra, y las reflexiones del autor permiten explicar acertadamente el quicio de la espiritualidad del Opus Dei.

La tercera parte es más polémica, en el sentido en que aborda no tanto temas importantes en sí mismos, sino asuntos que han despertado el interés, por diversas razones, de la opinión pública; a saber: el supuesto secretismo del Opus Dei, el tema de la mortificación corporal – con recreación incluida de una escena del célebre “Código da Vinci”- , el papel de las mujeres en la Prelatura, el dinero de la Obra, la ubicación del Opus Dei en la Iglesia, la relación entre el Opus Dei y la política, la cuestión de la obediencia y la captación de nuevos miembros.

La cuarta parte – “Recapitulación” – se cierra con unas reflexiones personales de John L. Allen sobre el futuro del Opus Dei.

En conjunto, nos parece una obra bien escrita y seriamente fundamentada. Si alguna objeción habría que hacer se referiría a algunos aspectos de la traducción. Encontramos expresiones que, en castellano, resultan forzadas, como denominar a Escrivá “profesor espiritual”, en lugar de “maestro espiritual”, o hablar de las supuestas afinidades entre el Opus Dei y los “cultos”, en lugar de emplear el término “sectas” o “nuevos movimientos religiosos”.

De todos modos, nos parece un libro interesante para conocer mejor una de las realidades más pujantes, desde el punto de vista espiritual y apostólico, de la Iglesia Católica. Como escribe el mismo Allen, haciéndose eco de la leyenda negra que acompaña a la Obra, “tengo la sensación de que el Opus Dei no es tan malo o al menos es mucho mejor de lo que se suele creer” (página 472). No es un mal final para el libro, ni un mal comienzo para el lector.


Guillermo Juan Morado