Si no hubiésemos ido
Con motivo de una misión en la que participé en Febrero de 2006, en la que ayudamos a una pareja de ancianos e hicimos algunas tareas comunitarias, escribí el siguiente poema:
Si no hubiésemos ido
¿Qué hubiese pasado si no hubiésemos ido?
Solo una palabra me viene a la cabeza y esta es nada.
Si no hubiésemos ido ahora seguirían rezando
Pero fuimos y rezan más todavía.
Los pies se mojan y las manos se juntan,
Ahora se agradece y se aplaude.
Un hito en la vida de ellos y un llamado de Dios,
Nuestra respuesta; nuestros esfuerzos y nuestro tiempo.
Mi diestra apostaría a que nos llevamos más de lo que dejamos.
Díganme lo contrario y se olvidarían de lo importante,
Somos nosotros los que crecimos y siempre permanecerá
En nosotros ese gustito que te queda en el paladar
Al ayudar, al compartir y al servir.
No nos pertenecimos por unos días pero por esos días
Fuimos todos de todos e instrumentos.
Solo tres paredes y diez postes, pero abramos los ojos
Y veamos, que para eso los tenemos, veamos que
Las tres paredes y los diez postes
Están grabados y manchados con nuestro sudor.
No me falle la memoria y el corazón,
Porque el Reino de Dios tiene tres paredes
Y diez postes más. Con el alma y sin la razón
Lo podemos ver mejor.
“El que tenga oídos, que oiga”, pero
el que tenga corazón, que lo regale.
Esteban Albiger
¿Qué hubiese pasado si no hubiésemos ido?
Solo una palabra me viene a la cabeza y esta es nada.
Si no hubiésemos ido ahora seguirían rezando
Pero fuimos y rezan más todavía.
Los pies se mojan y las manos se juntan,
Ahora se agradece y se aplaude.
Un hito en la vida de ellos y un llamado de Dios,
Nuestra respuesta; nuestros esfuerzos y nuestro tiempo.
Mi diestra apostaría a que nos llevamos más de lo que dejamos.
Díganme lo contrario y se olvidarían de lo importante,
Somos nosotros los que crecimos y siempre permanecerá
En nosotros ese gustito que te queda en el paladar
Al ayudar, al compartir y al servir.
No nos pertenecimos por unos días pero por esos días
Fuimos todos de todos e instrumentos.
Solo tres paredes y diez postes, pero abramos los ojos
Y veamos, que para eso los tenemos, veamos que
Las tres paredes y los diez postes
Están grabados y manchados con nuestro sudor.
No me falle la memoria y el corazón,
Porque el Reino de Dios tiene tres paredes
Y diez postes más. Con el alma y sin la razón
Lo podemos ver mejor.
“El que tenga oídos, que oiga”, pero
el que tenga corazón, que lo regale.
Esteban Albiger
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