lunes, 20 de agosto de 2007

Enseñanza de Religión en la Escuela por Mons. José Sánchez González


Queridos diocesanos:

Al comenzar el nuevo Curso Escolar 2007-2008, me dirijo especialmente a los padres con hijos en edad escolar y a los mismos alumnos católicos, exhortándoos encarecidamente a tomar muy en serio la obligación de solicitar de la dirección del Colegio la Clase de Religión Católica.

Es derecho primordial e inalienable de los padres y su sagrada obligación educar a sus hijos según sus propias convicciones y exigir de la sociedad y de la comunidad religiosa la ayuda necesaria para el ejercicio de este derecho y el cumplimiento de esta obligación.

Nuestra actual Constitución Española y los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español garantizan a los padres la posibilidad de que en la Escuela de titularidad estatal los católicos que lo soliciten reciban la Enseñanza de Religión Católica correspondiente. Lo mismo los miembros de otras Confesiones cristianas y de otras Religiones. Pero es necesario que los padres y los alumnos, cuando éstos son ya mayores de edad, lo soliciten, mantengan el seguimiento y reclamen del profesor o del Centro que respondan a este derecho con la enseñanza adecuada y con el ejemplo del profesor o profesora. Asimismo tienen los padres también derecho a que sus hijos no sean molestados o confundidos en sus convicciones y en su vida religiosa por la enseñanza de otras materias.

Aunque es cierto que el factor principal de la educción en la fe y de la práctica religiosa es la familia, son también muy importantes la comunidad religiosa a la que se pertenece, en nuestro caso, la Parroquia, y la Escuela. Cada instancia tiene un papel específico y todas juntas dan como resultado una educación integral, armónica y completa.

Lo más importante que aporta la Enseñaza de Religión en la Escuela es que está integrada en el marco de las demás asignaturas. De este modo, la Religión no se plantea como algo ajeno al aprendizaje y a la formación de la persona en sus diversas dimensiones, o como algo extraño a las demás ciencias y saberes. Sacar la enseñanza religiosa de la Escuela daría la impresión de que, o es algo inconveniente, que no se debe aprender donde se aprende todas las demás materias, o es algo irrelevante, para lo que no merece la pena emplear el tiempo que hay que quitar a las otras asignaturas.

Los cristianos consideramos que, en una educción integral de la persona, el aspecto religioso, su mundo sobrenatural y trascendente, la relación con Dios y con los demás miembros de la comunidad de fe o Iglesia son algo fundamental en la vida de la persona y han de tener cabida, como todos los aprendizajes, enseñanzas y orientaciones importantes, en el lugar que la sociedad dispone para ello, que es la Escuela.

Frente al especial empeño puesto por el actual Gobierno de la Nación en imponer para todos los alumnos la enseñanza de una asignatura obligatoria denominada “Educación para la Ciudadanía”, muy justamente cuestionada, tal como se presenta, por muchos padres, por la Iglesia y por otros sectores relacionados con la Educación, los católicos tenemos como primera obligación la educación como cristianos. Una buena educación cristiana tendrá como resultado no sólo buenos cristianos, sino también buenos ciudadanos. Ahora bien, ciudadanos libres, siempre respetuosos, pero críticos, frente a todos los poderes de este mundo; nunca cómodos ni acomodaticios. Los cristianos no reconocemos otro señorío que el del Señor Jesús, ni otra ley por encima del Evangelio.

Un cristiano tendrá que medir toda otra orientación de la educación propia y de sus hijos desde su fe y su reconocimiento de Jesucristo como su Señor y Maestro y usará todos los medios justos para resistir, oponerse y combatir cualquier injerencia en el ámbito de su conciencia y de sus convicciones.

Poned, queridos padres y alumnos, un gran empeño en la formación religiosa en la familia, en la Iglesia y en la Escuela. Todo ello es necesario, hoy especialmente.

Os saluda y bendice vuestro Obispo

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